La casa familiar solo se habitaba en verano. Olivia y su tía Ana desayunaban bajo la parra del jardín mientras Carlos, el padre de Olivia, leía el periódico al otro lado de la alberca, bajo la sombra de un enorme pino.
– ¿Quieres uva de la abuelita? -preguntó Ana a su sobrina mientras cogía un grano.
-Siempre decís de la abuelita y la abuelita no está -contestó Olivia.
-Bueno, lo decimos porque fue ella quien plantó la parra hace muchos años, tal vez cincuenta ¿verdad, Carlos? -Ana alzó la voz hacia su hermano, pero Carlos seguía absorto en la lectura.
-Aquí todo es de la abuelita: las margaritas, los cántaros, las magnolias…
Olivia iba charlando mientras observaba cómo Ana intentaba cortar un racimo de uva con los dedos.
– Tía, yo pensaba que la chica de la foto que tienes en la mesita de noche eras tú, pero papá me ha dicho que era la abuela, ¿se puso mala y se murió?
-No, cariño.
-La abuela de mi mejor amiga se murió porque era muy viejecita -insistió la niña.
Carlos levantó la vista del periódico.
– ¿Me pasas las tijeras, cariño? –dijo Ana- Creo que será lo más práctico para no romper los racimos.
– Olivia -dijo Carlos acercándose- ¿Te apetece un chapuzón? Anda, enséñale a la tía cómo te tiras de cabeza.
Al día siguiente, cuando llegó su primo Marcos, Olivia se apresuró a enseñarle los escondites que había descubierto en el jardín. Escondido bajo la hiedra espesa y rodeado de margaritas le descubre un pozo cubierto con una plancha de hierro y un cántaro descascarillado encima.
-¡No! Marcos, no toques el cántaro que se puede romper y es de la abuelita –exclamó Olivia colocándose entre su primo y el cántaro.
-¿Qué abuelita?
-La abuelita Lola, que no te enteras.
-La abuela Lola está en el cielo –dijo Marcos.
-No es verdad – respondió Olivia-, es un secreto que tienen los mayores, pero yo sé dónde está. Me tienes que prometer que no lo contarás a nadie.
-Te lo prometo -dijo Marcos, y los dos primos enlazaron sus dedos meñiques.
-La abuela Lola está dentro del pozo – le susurró Olivia al oído.
Títol: Silencios familiares
Autora: Montse Freixas Rovira
Fotografía: Pepa Be