¿Qué recursos habitan dentro de ti?
Fotografía: Pepa Be
Delante de las situaciones difíciles que se te van planteando durante la vida, tus reacciones irán variando, ya que son diferentes cuando eres infante, adolescente o adulto. Y es posible que te preguntes cómo se adquieren los recursos que te permiten actuar de la forma más adecuada.
A lo largo de tu vida recibes indicaciones, consejos, mandatos de la familia, educadores y amigos, que vas atesorando, así como tus experiencias. Y, al igual que si fuera una cajita mágica, utilizas lo que crees más oportuno para cada momento.
Cuando la vida sucede como sería de desear, tú has incorporado todo lo necesario en fortaleza, decisión, seguridad, afecto, etc. Entonces es fácil utilizar una conducta, un pensamiento, una experiencia. El resultado es satisfactorio y todo parece estar en un equilibrio que se retroalimenta y te hace sentir momentos de felicidad y satisfacción.
Incluso cuando las cosas no se presentan como a ti te gustaría porque son desagradables, dificultosas, dolorosas, o quizá catastróficas, también sabes qué hacer, recurres a todo lo que tienes en tu interior y esa experiencia se convierte en un aprendizaje para utilizar en el futuro. En otras ocasiones, lo que recibes no es lo mejor ni lo más adecuado. Las circunstancias de tus progenitores y educadores no han sido todo lo fáciles, naturales y magníficas como ellos hubieran deseado, y no han podido nutrirse ni acumular experiencias adecuadas para podértelas transmitir.
Cuando esto ocurre, al abrir “tu cajita” no dispones de elementos para resolver tus problemas. Te encuentras con bloqueos, con oscuridad a tu alrededor, con indecisiones, dudas, angustia. Sientes que no tienes donde agarrarte para seguir, o ni siquiera sabes por donde empezar. La buena noticia es que sí hay modo de empezar a caminar de otra forma, no es fácil pero es posible. En realidad, aunque no te des cuenta, sí que tienes recursos.
Un proceso terapéutico te da permiso y te ayuda para ver y utilizar todo ese bagaje del que dispones y no eres consciente.
Como te decía antes no es fácil, incluso es doloroso percibir la carencia de lo que te hubiera gustado recibir, pero el hecho de poder reconocer tus capacidades y tus posibilidades es algo que te impactará y, al mismo tiempo, te desafiará a convertir tu vida en lo que sueñas.
Nota: Este artículo está relacionado con el relato “La cajita de madera“